Lamia llegó a la casa donde se encontraban los 5 ancianos reunidos. Al ver a Fabricio, se lanzó en sus brazos a llorar. El anciano la envolvió acariciándole el cabello.
—Mi nieta adorada, ahora que te hicieron en la mansión, ¿quién se atrevió a hacerte llorar?
—Abuelito, desde que llegó la omega,...