En la fiesta, Danna se encontraba sentada con su hija. Mientras disfrutaban del ambiente festivo, Eurides se acercó a ellas con cautela, luciendo una amable sonrisa.
—Majestad, espero que esté disfrutando de la bienvenida que le ofrece nuestra manada.
—Eurides, es una fiesta entretenida. De verdad agradezco el gesto. Solo dime Danna...