Perspectiva de Amelia
Me desperté temprano para preparar el desayuno para ambos. Estaba haciendo panqueques, tocino y huevos. Mientras preparaba la mesa, lo oí venir.
Lo miré y vi que fruncía el ceño.
—Buenos días —dije alegremente.
—Malos días —dijo con su voz ronca y soñolienta.
—¿Por qué? —pregunté confundida.
Suspiró y sacudió la cabeza mientras...