Escuchar esas palabras me paralizó. Nunca había tenido mi primer beso. Ciertamente, no quería que él fuera mi primer beso. Totalmente lo olvidé.
Mientras estaba en pánico, no me di cuenta de que él se estaba inclinando hacia mí. Empecé a temblar. Cuando estaba a solo unos centímetros, me giré rápidamente...