Punto de Vista de Amelia
Después de nuestro desayuno, Xavier sugirió que comenzáramos con el papeleo de la manada y yo estuve de acuerdo. Sorprendentemente, no teníamos mucho papeleo, lo cual me alegró.
—Deja de mirarme —dije por quincuagésima primera vez.
—No puedes culparme. Es tu culpa por ser tan hermosa —dijo con...