Perspectiva de Damien
Me puse mi traje de tres piezas, subí a mi coche y conduje hacia su casa. Cuanto más cerca estaba, más emocionado me sentía.
Pronto llegué a su puerta, justo cuando mi padre también llegaba. Salí del coche y me encontré con él.
—Te has arreglado bien, hijo —me elogió...