Narración de Bella
Sangre. Había tanta sangre. No podía detener las lágrimas. Simplemente lloraba y lloraba. Gritaba y pedía ayuda a alguien.
Saqué el teléfono y marqué rápidamente el número de la ambulancia.
—H-hola, por favor, ayúdame —sollozé por el teléfono.
—Señora, cálmese y dígame qué pasó, dónde y quién está herido —dijo, tratando...