Guapura, deja a la pobre chica en paz.
—No, nena, no lo haré. Es más, ya sé cómo ella va a caer, y aunque lo niegues, yo le gusto. Lo sé por su mirada. Esa niñera va a caer.
—Definitivamente, con Tigo no se puede, guapura.
—Bueno, hablando de ti, entonces hacemos trato.
—Claro...