— ¿Quieres sentirme? —pregunta él, juguetón.
— Solo hazlo, maldición —pide ella, excitada.
— Te ves... demasiado sexi así —dijo él, y ella se sonroja, pero sintió más deseo. Le encanta que él la desee.
Maskyn, sin previo aviso, entra en ella y se empieza a mover.
— Maskyn... —susurra ella, sintiendo sus estocadas.
—...