—Ya que lo logré, me puedo reír en su cara. Pues ya despreciarla y hacer como si nunca hubiera pasado algo —dijo Maskyn, burlón.
—Eres increíble, parce —dijo Fabricio y se puso a trabajar.
—¿Qué dije de malo? —pregunta Maskyn.
—¡Nada!! Solo espero, amigo, que no te tragues tus palabras —dijo Fabricio.
—Jamás. Ella...