••• Punto de vista de Amelia •••
Sentí a Ernesto rodearme con sus brazos y no pude evitar sollozar. “Ernesto… Duele…”
“Pasará pronto, Alia… Pasará pronto…” me consoló.
¿Cómo podría pasar pronto? Las agujas me perforaban profundamente la muñeca, era mejor si me cortaba la mano.
“Ernesto… Por favor, córtame la mano”, le rogué....