*Punto de vista de Amelia*.
Recibí un mensaje telepático de uno de los guardas informándome de la presencia del Alfa Ernesto.
‘Échalo’, respondí sin dudar.
‘Él insiste en verla. Dice que es importante’, replicó.
Suspiré, exasperada. Sabía que volvería a pedirme que me disculpara por herir a Celia y Maia.
«Ah, bien», pensé. Él había...