El punto de vista de Amelia.
Sin que pudiera rechazar su oferta, él ya le había dado su tarjeta a la cajera, quien había procesado el pedido.
"¿Por qué no te lo pones ahora, mi Alia?", sugirió Sam con esa sonrisa seductora suya.
Cuando lo oí llamarme de esa manera me ruboricé, así...