••• Punto de vista de Amelia •••
Un silencio ensordecedor cayó en la habitación mientras podía imaginar a mi padre congelándose en su lugar también mientras miraba la posición ambigua en la que estábamos Ernesto y yo, especialmente cuando él estaba casi desnudo.
¡Oh por Dios! ¡¿Cuánto más incómodo y vergonzoso podría...