Noelia abrió mucho los ojos, incrédula, y sacudió la cabeza:
—¡No puede ser! ¡Ovi, no me engañes!
—En la secundaria, nos amábamos tanto.
—Dijiste que algún día te casarías conmigo. Si no hubiera sido por el accidente, yo sería tu esposa.
—Te has ocupado de Lolita Deocampo durante seis años, has compensado ese tiempo,...