—¡Nohemi, ven, mira esto, es tan gracioso! ¡Es lo que realmente se merece!
Olalla dijo y luego estalló en carcajadas. Al salir del baño, Lionel frunció el ceño cuando la escuchó reír.
—¡Por favor, cállate! ¡Eres una dama! ¿Puedes comportarte bien? ¡Ya tienes 28 años, no me extraña que nadie quiera casarse...