Las articulaciones de sus dedos se marcaron mientras le apretaba el mentón con fuerza. Sus ojos estaban llenos de borrachera y rabia.
—Nohemi, ¿te gusto tanto? ¿Hasta el punto de que usaste métodos tan despreciables para subir a mi cama, eh?— La voz de Seve era seductora, pero había un matiz...