Corrí lo más rápido que pude y salí del teatro, sintiendo una inmensa alegría. Mi corazón palpitaba muy rápido
«¡Xander siente algo por mí!». Brinqué de alegría.
Sin quererlo conseguí conquistar el corazón de ese hombre tan maravilloso, que hace un año atrás no pensaba ni conocer y por quien duraba largas...