Las puertas del coche se abrieron y Xander bajó.
La audiencia estalló en gritos.
—No. Yo lo hago —le dijo a un hombre que extendía su mano hacia mí. Xander se acercó y extendió su mano para ayudarme a bajar del auto. En cuanto bajé, los gritos aumentaron.
Luces por todos lados, flashes...