Días atrás...
Ira. Eso era lo que sentía, y unas ganas inmensas de partirle el cuello a Roxanne. Temblé ante tal pensamiento y me espanté. Nunca antes sentí algo así.
Allí, sentado sobre mi sofá, vinieron un montón de recuerdos que me cachetearon con una fuerza implacable…
Fuiste tú, dijo Shirley acusando a...