El sonido de mi móvil me despertó y a tientas lo busqué en la mesita de noche a mi derecha. Contesté sin siquiera ver la pantalla.
—¡Oh por Dios, Xander! Dime que no lo hiciste —Aaron sonaba muy exaltado. Me contagió su incertidumbre.
—¿Qué fue lo que hice? —abrí los ojos de...