Una luz intensa, de color blanco, golpeó mis pupilas.
«¿Estoy en el cielo?», me pregunté.
—¡Oh! Por fin despertaste —la voz de Matías me indicó que no. Que aún estaba viva, aunque yo me sentía como muerta.
—¿Qué sucedió? —pregunté aún bajo los efectos de los sedantes.
—Te revisaron y te hicieron unos análisis....