—¡Oh! ¡Aquí estás! Por fin te encuentro —la voz de Aaron me recordó donde estaba.
Lo fulminé con la mirada.
—Como si no supieras donde he estado.
—¿Qué? No sé de qué hablas —fingió inocencia.
—¡Basta! No te hagas el tonto conmigo —mi mirada acusadora lo hizo ponerse nervioso—. Los planeaste todo, pero te...