La frente de Evangelina estaba empapada. Sudaba frío y el pulso de su corazón era agitado.
—¿Por qué me sigues al baño? —le preguntó a Santino con el ceño fruncido, tratando de que no notará sus nervios.
San Román entró al baño para ver si Eva estaba sola. Después de echar un...