Arnaldo la observó con el ceño fruncido.
—¡Qué! ¿Tú de qué estás hablando, corazón? —cuestionó.
—De que tu papá y la enfermera tienen una relación sentimental desde hace varios meses.
—No te creo. —dijo, sonriendo, quizá por los nervios.
—Sí, es verdad, quien mira a mi suegro tan humilde, verdad.
—¿Desde cuándo lo sabes...