Arnaldo la observó reír con ganas, y en su interior también sonrió de felicidad. Hace mucho tiempo que deseaba ver esa sonrisa, aunque sea burlándose de él.
—Eres una doctora mala, cariño. ¿Verdad que mamá es mala, mi amor?
—No, mi mami es buena porque me da comida y me da...