Arnaldo manejó a casa de Madison, ella aún dormía. Él sonrió amargamente en su corazón al saber que estaba a punto de perderla o quizá ya la había perdido y no lo quería reconocer.
—Madison, ya estamos en casa. —Anunció. Dejando un beso sobre su frente.
Ella abrió los ojos, se...