—Donald, si me das respuestas como esa otra vez, voy a soltar a la “bestia” —dijo Mary.
—Bueno, bueno, no lo hare otra vez.
—Bien, ahora, contesta le pregunta —dijo Mary.
—Pues, la verdad, es que… —murmuro Donald, mientras miraba al techo de la habitación.
— ¡Responde! —grito Mary, quien ya se había cansado...