—Es suficiente Esperanza, tenemos hambre, las estábamos esperando porque ustedes se comprometieron a traer la carne —dijo María, mientras se levantaba.
—Bien, bien, empecemos a cocinar, tengo miedo de que me coman si no lo hacemos —dijo Esperanza.
—Por fin, Miguel, ven a ayudarnos a preparar todo —dijo Teresa, mientras se levantaba...