Chapter 4 Tuvo exito

A.G Torres 2.8k words

Pero los problemas pronto empezaron, ya que un día después de haber comenzado con las clases personales de los instructores del gimnasio, empezaron a ocurrir ciertos “accidentes”.

Los instructores, mientras les daban órdenes a Mary y a sus amigas, aprovecharon cualquier momento de descuido para “mostrarle” como se hacían los ejercicios a Mary y sus amigas, y en cada ocasión, siempre terminaban tocando de forma inapropiada a alguna de las tres, o las tres en una sola sesión.

Esta situación, molesto mucho a las chicas, y se quejaron con el dueño del gimnasio, pero este al parecer haría la vista gorda a los actos de sus trabajadores, lo cual irrito a las chicas.

Ellas decidieron cambiar de instructor, pero ocurría una de dos situaciones, o el instructor personal, las tocaba inapropiadamente, o las acosaba y las presionaba para que salieran con él.

Después de cinco días de lo mismo, las chicas estaban enojadas, además de irritadas, pero decidieron correr suerte una vez más, anteriormente, habían escogido a los hombres más musculosos y atléticos que encontraron, ya que pensaron que esos eran los mejores, pero quizás debido a eso, esos hombres pensaron que tendrían la oportunidad de acostarse con alguna de las tres chicas, o con las tres, debido a su escultural físico.

Por esa razón, esta vez decidieron escoger a un hombre más, “simple”… este hombre no era muy alto, ya que solo tenía una altura promedio, su rostro no era atractivo, mientras que su físico, a pesar de que era atlético, no estaba cargado de músculos como los demás instructores.

Las tres pensaron, que este instructor debido a su “carencia” de “atributos” no sería tan confianzudo y orgulloso de sí mismo, y no se atrevería a sobrepasarse con ellas.

Y por esa razón, decidieron correr suerte con él, esperando que no fuese igual que el resto.

—Bien, mi nombre es Donald, ahora puedo preguntarles ¿Cómo desean que sus cuerpos luzcan con los ejercicios? ¿Quieren verse bien o quieren tener cuerpos musculosos y atléticos? —pregunto Donald, mientras miraba a las tres chicas.

—Obviamente que no queremos músculos, queremos tener cuerpos fuertes pero que se vean bien —dijo Sarah.

—Nadie quiere ver a una mujer llena de músculos —dijo María.

—Bien, bien, entonces le diré que ejercicios tienen que hacer, entonces… comencemos —dijo Donald.

—Esperemos que no sea igual que el resto —pensaron Mary, María y Sarah.

Los últimos días, habían habido muchas quejas en el gimnasio, ya que muchas chicas, empezaron a ser acosadas de forma muy frecuente, provocando todo tipo de quejas, que el dueño del gimnasio ignoro de forma deliberada.

Aunque en realidad, no todas las chicas, se molestaron con los instructores que las acosaban, estos instructores eran atractivos, y tenían buenos cuerpos, por lo que un número considerable de mujeres del gimnasio, terminaron saliendo con ellos.

Quizás fue debido a esto, que el dueño del gimnasio, hizo la vista gorda ante las quejas, ya que así como había chicas que le disgustaban los acosos de los instructores, habían chicas que también les gustaba, quizás provocando que las otras chicas tuvieran mala fama, siendo tildadas como alborotadoras.

El grupo de Mary, pronto descubrió, que Donald, no era un pervertido como los otros instructores que habían tenido previamente, él, se enfocó totalmente en los ejercicios, nunca sobrepasándose con alguna de las tres en ningún momento.

Mientras entrenaban, los cuatro charlaron entre sí, y las chicas descubrieron que Donald, provenía del extranjero, lo cual lo hizo ver algo exótico ante los ojos de las chicas, sin mencionar que varias de las cosas que le gustaban, también les gustaban a ellas.

Fue debido a esto, que la conversación entre los cuatro, fluyo fácilmente y sin ningún signo de incomodidad, y quizás fue debido a su apariencia, la cual no era atractiva, pero las chicas se sintieron cómodas con él, ya que su cara no tenía no tenía ningún rasgo seductor en ningún sentido, lo cual hizo que inconscientemente bajaran su guardia con él.

Sentían que estaban con una especie de hermano o un primo, razón por la cual pensaron de forma inconsciente, que podían confiar en este hombre.

Después de unas dos horas de ejercicio, las chicas por fin terminaron, estaban algo cansadas pero contentas, el hecho de que por fin lograran hacer ejercicio tranquilas, y la conversación agradable que tuvieron junto con Donald, las había puesto de buen humor.

—Nos vemos mañana —dijo Donald, mientras se despedía de las chicas.

—Gracias por lo de hoy, hasta luego —dijo Sarah, mientras caminaba junto con Mary y María.

Las chicas, después de despedirse de Donald, se subieron a su auto, recibiendo algunas miradas de los otros instructores mientras se iban, y una vez que las tres habían entrado, Mary, empezó a conducir.

—Estoy cansada —dijo Sarah, mientras se recostaba en el hombro de María.

— ¿Crees que yo no? —dijo María, mientras apartaba a Sarah de su hombro.

No quería tener la cabeza sudorosa de su amiga en su cuerpo.

—Donald fue muy agradable ¿Verdad? —dijo Sarah.

—Sí, por lo menos no fue como el resto —dijo María.

—Cuando estaba junto con él, se sentía como si estuviese con algún familiar —dijo Mary.

—Sí, fue cómodo —dijo María.

—Por lo menos ya tenemos a un instructor en el gimnasio, y por lo menos no es alguien quien nos acose mientras nos “enseña” —dijo Sarah.

— ¿Mañana a la misma hora? —pregunto Mary, mientras detenía el auto.

Mientras hablaban, habían llegado a la casa de Sarah.

—Seguro, nos vemos mañana —dijo Sarah, mientras se bajaba del auto.

— ¡Acuérdate de bañarte! —grito María.

— ¡Obviamente que lo voy a hacer! ¿Crees que soy una cerda? —dijo Sarah, mientras caminaba hacia su casa.

— ¡Sí! —grito María, mientras el auto nuevamente se ponía en marcha.

— ¡Maldita…! —fue lo que María y Mary, escucharon decir a Sarah, antes de que su voz dejara de escucharse.

Mary, después de dejar a María en su casa, volvió rápidamente a la suya, aunque antes de regresar compro algunas cosas para comer en el camino.

—Ya regrese Miguel—dijo Mary, poco después de entrar y ver a Miguel, su novio.

—Bienvenida ¿Cómo estuvo tu día? —pregunto Miguel.

—Estuvo muy bien —dijo Mary, mientras besaba a Miguel, y lo abrazaba.

Al día siguiente, el grupo de Mary, volvió al gimnasio a la misma hora, encontrándose una vez más junto con Donald, el cual las recibió con una sonrisa al verlas.

Las chicas, una vez más, se ejercitaron bajo la dirección de Donald, el cual charlaba con las tres mientras estas hacían ejercicios, bajo su guía.

En un abrir y cerrar de ojos, un par de semanas pasaron, y una vez más el instructor original del grupo de Mary, volvió de sus vacaciones con su esposa, pero el grupo de Mary decidió continuar junto con Donald, ya que se sentían mejor con él.

Las chicas, en las últimas cinco semanas, ya habían desarrollado una amistad con Donald, y de hecho ya habían salido varias veces juntos, fuera del gimnasio, viajando los cuatro al cine, a pasear en las calles o de compras.

La única queja que quizás podrían ponerle a Donald, era que en las veces que habían salido, las chicas tenían que pagar la mitad de los gastos de Donald, ya que este siempre no tenía lo “suficiente” para pagar sus gastos.

Pero esto no les importaba mucho, era agradable estar junto con Donald, a pesar de tener que pagar entre las tres la mitad de lo que él consumiera, lo cual no era mucho, quizás porque no quería sobrepasarse de la generosidad de las chicas.

Así eran los recuerdos que Mary, tenia de su primer encuentro con Donald, pero cuando leyó el contenido en las páginas del libro, descubrió que los recuerdos de Donald, de su primer encuentro, eran muy diferentes de los que Mary tenía.

Y mientras Mary, leía las páginas del libro, se sorprendía cada vez más, por las acciones de Donald.

—Entonces ¿Tenemos un trato? —pregunto Donald, mientras miraba a un hombre blanco, el cual estaba sentado detrás de un escritorio.

—Entonces, quiere que mande de vacaciones a la mitad de los instructores de mi gimnasio… ¿Por qué? —pregunto el hombre.

—Solo quiero que lo haga, yo pagare los gastos, por el dinero no se preocupe.

—Muy bien… esta es una petición muy extraña, pero… teniendo en cuenta su “generosidad” voy a aceptar.

—Gracias —dijo Donald, mientras miraba al hombre.

—Su otra petición, era ser un instructor en mi gimnasio ¿Verdad?

—Sí, así es.

— ¿Puedo preguntar por qué quiere serlo? Alguien con la cantidad de dinero que usted tiene, no debería tener que trabajar en un gimnasio.

—Solo quiero trabajar aquí un tiempo y ya ¿Sera un problema?

—No lo será, aunque los instructores que usted quiere que se queden trabajando… vera, ellos son… puede que haya algunos problemas.

— ¿Problemas? —pregunto Donald.

—Ha habido algunas quejas contra ellos, pero no sé si son reales o no, pero lo cierto es que si solo esos instructores se quedan, todas las mujeres tendrán que ir con ellos para recibir instrucciones, y puede que ocurran… ciertos “incidentes”.

—En cuanto a esos “incidentes”… quiere que los ignore.

— ¿Qué los ignore?

—Sí, cualquier queja, quiero que la ignore, no importa cuántas personas se quejen, quiero ignore todas las quejas… yo lo voy a “recompensar” si lo hace —dijo Donald.

—Muy bien… esta ha sido la conversación más rara de mi vida.

—Bien… eso es todo… me voy —dijo Donald, mientras se levantaba y caminaba para ir hacia la puerta.

Una vez que Donald salió, pudo ver muchas personas, haciendo ejercicios en este gimnasio, este era el gimnasio donde Mary y sus amigas venían todos los días a ejercitarse, y cuando Donald salió, giro su vista en cierta dirección.

En el lugar donde él, estaba mirando, había un grupo de tres chicas juntas, las cuales se encontraban haciendo ejercicio en estos momentos, siguiendo los pasos y las guías de su instructor.

Ellas eran Mary, Sarah, y María.

—Pronto no reuniremos… pronto —dijo Donald, antes de caminar para irse del gimnasio.

Poco después de que saliera, se montó en el asiento trasero un auto, donde un hombre con ropa casual, de piel blanca, lo esperaba sentado allí.

Cuando Donald, se sentó, el hombre le paso una pequeña cantidad de documentos, los cuales Donald observo al tenerlos en sus manos.

—Bien, eso es todo —dijo el hombre, poco después de que Donald, ojeara los documentos que él le dio.

— ¿El resto de la información está aquí? —pregunto Donald.

—Sí, ya te di toda la información con respecto a sus gustos, preferencias y pasatiempos, aquí está también la información con respecto a todos sus conocidos, y las preferencias y gustos de ellos.

—Perfecto —dijo Donald, mientras continuaba mirando los documentos.

—Eh conocido acosadores antes, pero nunca uno como tú, incluso has investigado todo sobre la vida de los amigos y familiares de esa chica —dijo el hombre mientras miraba a Donald.

—Desde luego, si quieres agradarle a una chica, tienes que empezar por agradarle a las personas de su círculo social, de esa forma podrás integrarte fácilmente.

—Con el dinero que tienes, podrías conseguir otras mujeres, algunas incluso más hermosas que esa chica… no entiendo tu obsesión con esa mujer —dijo el hombre.

—No quiero a otras chicas… y además eso es asunto mío, no es necesario que te metas —dijo Donald.

—Muy bien… dime… ¿Hay algo más que quieras investigar? O mejor dicho ¿Hay alguien más a quien quieras investigar?

—Si… quiero que investigues… a un hombre llamado Miguel.

Cuando el hombre junto a Donald, escucho estas palabras, se quedó en silencio un breve momento, antes de asentir, como si hubiese entendido algo.

—Muy bien, lo hare.

Donald, se despidió del investigador privado que había contratado para encontrar a Mary, y continuo revisando los documentos que había obtenido, de una forma muy concienzuda, y así fue durante varios días.

—Bien… mañana es el gran día —pensó Donald, mientras repasaba todas sus acciones.

Había contactado al dueño del gimnasio donde Mary y sus amigas iban, y le había propuesto cierta “oferta” la cual fue muy tentadora para negarse, Donald, había hecho que todos los instructores responsables y moderados, se fueran de vacaciones espontaneas con sus salarios pagos.

Y en su lugar, había dejado únicamente a aquellos instructores con mala reputación, debido a diversos “actos” que mancharon sus reputaciones, y aparte de esto, había entrado al gimnasio como instructor, pagándole al dueño para que lo aceptara.

Su plan original, era que el grupo de Mary, no tuviese más opción que ir con él, después de sufrir los abusos y acosos de esos instructores con malas reputaciones, los cuales eran los únicos que se habían quedado.

De hecho, incluso le había pagado al dueño del gimnasio, para que ignorara cualquier queja contra ellos, de esa forma, esos hombres podrían dar desenfreno a sus comportamientos “inadecuados” con todas las mujeres del gimnasio… incluyendo al grupo de Mary.

Y Mary y sus amigas, tarde o temprano, tendrían que ir junto con él, y seria en ese momento que utilizaría, toda la información, que había estado recopilando y estudiando durante semanas.

—Bien… esperemos que todo salga bien —dijo Donald, antes de cerrar los ojos para dormir, mientras estaba acostado en su cama.

Mary, cuando termino de leer, las experiencias de Donald, de su primer encuentro, se quedó en shock, durante un breve tiempo, mientras analizaba lo que había leído.

Su primer encuentro con Donald, no había sido accidental, en su lugar fue orquestado por él, y de una forma insólita, Mary había pensado que ella se reunió con Donald por pura casualidad y por su propia elección.

Pero nada podría estar más lejos de la realidad, todo había sido planeado por Donald, hasta el más mínimo detalle, el primer pensamiento de Mary, fue que lo que leyó era falso, pero después de analizarlo, se dio cuenta de que podría ser verdad.

En ese entonces, la mitad de los instructores de su gimnasio se habían ido de vacaciones sin previo aviso, a pesar de que no era el tiempo de tomar vacaciones, y encima de eso el número de instructores que tomo vacaciones fue demasiado grande y todos ellos decidieron irse de vacaciones al mismo tiempo, y a principios de marzo, un tiempo que no era para tomar vacaciones en primer lugar.

Obviamente, esto en situaciones laborales normales, no debió haber ocurrido, pero Mary en ese entonces, no se percató de ese detalle, ya que francamente no lo noto o le importo, pero ahora que pensaba de forma concienzuda en ello, se dio cuenta de que la situación en ese entonces, fue demasiado rara, y una explicación lógica, serían las acciones de Donald, las cuales efectuó…

Solo para conocerla a ella, pero no de una forma en que pareciera que él fue a ella, si no al revés, ella fue hacia él.

De esa forma, nadie podría decir, que él se acercó de forma deliberada hacia ella, ya que técnicamente Donald, nunca lo busco, ella fue hacia él.

Mary, se sintió enojada, enojada y engañada, quería que Donald estuviese aquí para gritarle y golpearlo, pero al poco tiempo se calmó, y empezó a pensar, si debía decirle a Donald lo que había descubierto.

Todavía faltaba bastante contenido en el diario, y si le decía a Donald, lo que ya sabía, probablemente él le quitara el diario, antes de poder saber que más había hecho, y francamente Mary, quería saber qué otras cosas había hecho Donald a sus espaldas.

El primer encuentro entre los dos, el cual ella había pensado que había sido solo casualidad, resulto no ser así, y ahora Mary sentía una insana curiosidad por descubrir, que otras cosas había hecho Donald, con el fin de estar con ella.

Meta… en la cual él tuvo éxito.

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