— ¡Mary! ¿Estas allí? —pregunto Anna, quien estaba tocando la puerta, del probador donde Mary, estaba.
— ¡Sí! ¡Si estoy! —respondió Mary, asustada, y mientras ocultaba de forma rápida y nerviosa, el diario de Donald.
— ¿Qué sucedió? Te hemos estado esperando en la taquilla de pago desde hace un rato —dijo...