El sonido de aquella arma enterrándose en la carne, fue seguido de la sangre que brotaba. Los ojos violetas de Génesis, derramaron lágrimas en el silencio.
De los labios de Niccolo Salvatore, su sangre derramaba en hilillos, y mirando de soslayo, el cazador de cabellos rubios pudo ver a Génesis derramando...