En el pent-house de Artem, Benazir entraba a la elegante sala de aquel sitio. Artem Kingsley, la esperaba de pie, mirando hacia la ciudad desde los ventanales.
—¿Me mandó llamar? Alfa Artem. — cuestionó Benazir.
Mirando de soslayo, Artem observó a la loba de cabellos castaños, que yacía junto a un hombre...