En la mansión Salvatore, Niccolo rápidamente tomaba sus maletas, cargadas hasta los dientes de armamento de cazador. Ahora que había convertido a Génesis en su mujer, debía de marcharse lejos para que nadie se atreviera a quitársela.
—¿A dónde iremos ahora? Niccolo. — cuestionó el joven sacerdote Meuric.
Niccolo cerró con brusquedad...