Nicanor Salvatore observaba como el menor de sus hijos, descendía de aquella oscura camioneta blindada y caminaba hacia el con aspecto desgarbado y demencial. Niccolo miró a los ojos de su padre, quien lucía tan desgastado como un vagabundo, y apestaba a muerte.
—Cuanto tiempo sin verte, Niccolo, dime, ¿Encontraste ya...