En Rumania.
—Ya hemos descargado todo el armamento, y lo hemos subido a los camiones. Los hombres están exhaustos, y quieren descansar por una noche. — decía Niklaus a su padre.
Nicanor asintió.
—Está bien, vayamos al pueblo por comida y provisiones, y llévalos a alguna taberna. Se han ganado un merecido descanso...