En la mansión Salvatore, Nicanor conversaba con sus hijos.
—¿Estás seguro de esto? Invocar a los cazadores de Rumania es demasiado arriesgado, ellos no contemplan la posibilidad de que existan lobos amables o vampiros generosos, si vienen aquí, arrasaran con todo aquello que consideren. —
Nicanor frunció el entrecejo.
—¿Lobos amables? ¿Vampiros generosos?...