Estamos sentados frente a frente, puedo percatarme que todavía David no confía en mí, a pesar de todas las pruebas que le he dado. Me observa detenidamente como si quisiera leerme. Le sonrío tratando de hacer que se relaje y confíe.
—¿Podemos hacer un contrato? —pregunta David de nuevo.
—Sí, sin problemas,...