Me quedé observando desconcertada al extraño que me hablaba, percatándome de que era cierto, era el joven que se sentó a mi lado en el avión, no obstante le pregunté desconfiada.
—Disculpa, ¿ nos conocemos?
—Bella, tu papá se llama Santiago Sardino, y es hijo del señor Sardino. Ellos tienen negocios con...