—¡Lo siento, Genevieve, pero... ¡estás embarazada!—grité, saltando de alegría mientras la expresión de Genevieve cambiaba de nerviosismo a felicidad. La abracé, chillando felicitaciones. Estoy tan feliz; ¡mi hermano va a ser papá y finalmente seré tía!
—Entonces, ¿cuándo se lo vas a decir a Michael?—pregunté.
—No lo sé—dijo, aún sonriendo.
—Quizá se lo...