Punto de vista de Lilia
—¡Germán! —exclamo.
—¿Selene? —dice él, tan sorprendido como yo.
—Oh, Dios mío, Selene, ¿eres realmente tú?
—Soy yo. No puedo creerlo, nunca pensé que volvería a verte —digo con incredulidad mientras las lágrimas inundan mis ojos.
—¿Conoces a esta chica, Germán? —pregunta el guardia, cuyo nombre ahora sé que es...