Rose seguía jugando al misterio.
Me dijo que tanto ella como yo habíamos sido víctimas del mismo enemigo.
Me pidió que adivinara quién era.
Yo…
No podía imaginarlo.
Rose y yo somos de mundos totalmente distintos.
Por muy famosa que sea, solo soy una modelo.
No se puede comparar con la fortuna de Rose… ¿Quién podría considerarnos...