Morí lejos, en el Vaticano.
Hace medio año, Martita volvió inesperadamente al país, deseando reconstruir su relación con Joaquín.
Durante seis meses, estuvieron yendo y viniendo, hasta que un día los sorprendí juntos en la misma habitación.
Cuando toqué la puerta del hotel, mi corazón ya estaba helado.
No hay sentimiento, por más intenso...