Luisa estaba radiante, pero Fabían frunció el ceño, mostrando una expresión incómoda.
Le recordé que, si no salíamos pronto, llegaríamos tarde al trabajo, y finalmente arrancó el coche.
Ya había pasado por una situación similar antes.
En aquella ocasión, Luisa acababa de comenzar en nuestro hospital.
Después del trabajo, Luisa pidió a Fabían que...