Cinco años después de ser secuestrada, fui rescatada.
Tras dar mi declaración en la comisaría, me pasaron un teléfono:
—¿Todavía recuerdas el número de tu familia?
Guardé silencio por un momento.
Claro que lo recordaba.
En la casa de los compradores, una vez me atreví a usar el teléfono fijo para llamar a Roberto Díaz.
Incluso...