Punto de vista de Caliana.
Llegamos a casa alrededor de la medianoche y, como ya estaba algo borracha, mi compañero me llevó a la cama para que descansara.
Le dije balbuceando: “Los ancianos se van mañana, ya no tenemos que dormir en la misma habitación”.
“Te quedarás conmigo”, declaró, y abrió la puerta...