Su beso fue gentil, pero apasionado. Las lágrimas resbalaban por mis mejillas mientras sentía sus dedos recorriendo mis costados.
“¿Qué crees que haces, Cali?”, mi loba resopló.
“Me vengo de tu supuesta pareja”, repliqué.
“No de esta manera”. La callé apretando mi pecho aún más contra Dean, haciéndolo respirar profundamente.
Me...