Punto de vista de Anaiah.
"Sé que me deseas, bebé", me susurra, provocando que mi corazón latiera a mil por hora, sobre todo cuando siento sus lentos movimientos.
"¡Tienes razón!", exhalo. Su aliento me lleva hasta las nubes.
"Abre las piernas", ordena, y yo obedezco. "Abre más", añade.
Deseo acariciarlo, pero...