SOPHIA
Ya no pude controlar mi ira, así que tomé el jarrón de la mesa y lo estrellé junto a los pies de Richard. Respetuosamente se detuvo y guardó silencio, como si estuviera dispuesto a dejarme desahogar mi ira.
Al notar su sumisión, no pude evitar ponerme furiosa, así que corrí...