FRANCO
Mirando el rostro confundido de Yenefer, no pude evitar suavizar mi voz.
_ No quiero dejarte sola, terminaré preocupándome por ti.
Sin embargo, después de escuchar lo que dije, me miró fijamente a los ojos. Sus ojos de repente se volvieron agudos. Era como un gatito enojado que pretendía ser...